Hasta ahora hemos delimitado el marco conceptual en el que nos estamos encuadrando, y sabemos que nos movemos en un ámbito de marketing, pero tendemos hacia el prestigio, y sin reducirnos a la mera imagen más allá que como una herramienta más para lograr unos objetivos más amplios.
A partir de ahí podemos definir siete ámbitos de variables que indicen en la percepción de calidad académica:
- Metodología: forma parte de la esencia del servicio prestado, independientemente de la etapa o el Ciclo, y a la vez se concreta en varios elementos que requieren de atención específica.
- Recursos materiales: es quizá el aspecto más visible y por el que en ocasiones más se apuesta, pero requiere de otros ámbitos para sea realmente eficaz en términos de percepción de calidad.
- Procesos: la noción de calidad contemporánea se fija fundamentalmente en este aspecto, ya que establece que un proceso bien establecido y controlado, es el que garantiza un resultado homogéneo en el tiempo e independientemente del lugar. No obstante, esto no se cumple en el campo de la educación, en el que el factor humano es mucho más importante que el proceso.
- Desempeño: es el aspecto más humano, y en que en muchas ocasiones se sustenta el prestigio del colegio.
- Comunicación: todo es comunicación y todo es comunicable. Tomar conciencia de esta realidad y hacerlo de forma eficaz nos sitúa en la esencia de la generación de valor y prestigio.
- Rendimiento percibido de los alumnos: responde a la percepción generada en los alumnos en el aprovechamiento de la metodología. Se mide en términos de relación entre medios dedicados y resultados obtenidos, siendo un vector importante también la experiencia de los alumnos.
- Reconocimientos: es el rendimiento objetivado y contrastado con otros. No tiene por que ser solo en concursos, también puede ser, por ejemplo, el acceso a una titulación universitaria o la obtención de un puesto de trabajo de responsabilidad.
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